NIÑOS TONTOS (Ana Maria Matute)
Treball en el qual es busca una nova visió d'un conte del llibre amb l'ús d'una tipologia textual determinada, creant d'aquesta manera la possibilitat de reinterpretació.
En LOS NIÑOS TONTOS Matute ens presenta a 21 nens petits, ingenus i diferents, que la societat degrada o desqualifica pel sol fet de no ser com la majoria. Per poder suportar i sobreviure en aquest món, els nens es refugien en els seus somnis i fantasies, culminant amb la mort en la majoria de les històries.
Vaig realitzar la reinterpretació del conte anomenat EL INCENDIO
EL INCENDIO
El niño cogió los lápices color naranja, el lápiz largo amarillo y aquel por una punta azul y la otra rojo. Fue con ellos a la esquina, y se tendió en el suelo. La esquina era blanca, a veces la mitad negra, la mitad verde. Era la esquina de la casa, y todos los sábados la encalaban. El niño tenía los ojos irritados de tanto blanco, de tanto sol cortando su mirada con filos de cuchillo. Los lápices del niño eran naranja, rojo, amarillo y azul. El niño prendió fuego a la esquina con sus colores. Sus lápices —sobre todo aquel de color amarillo,tan largo— se prendieron de los postigos y las contraventanas, verdes, y todo crujía, brillaba, se trenzaba. Se desmigó sobre su cabeza, en una hermosa lluvia de ceniza, que le abrasó.
Nota del conte: L'incendi és un conte on s'explica la història d'un nen abandonat que decideix deixar d'estar amargat i trist. Aquest problema el soluciona cremant la casa amb ell a l'interior. L'adaptació és un guió cinematogràfic per a poder imaginar amb més facilitat l'entorn del protagonista i la seva situació.
INT. CASA MEDIA-NOCHE - CASA ABANDONADA
Un niño abandonado de aspecto lloroso se encuentra en una casa vacía donde dominan paredes blancas como la nieve.
Con los ojos escocidos de solo mirar esquinas disponibles de color y ausentes de actividad decide que ya es hora de dejar de vivir triste.
NIÑO (piensa)
Todos los sábados intento olvidar mi soledad, pero no consigo aguantar-la…
Con un gesto grosero coge las cerillas que le recuerdan a los lápices con los que jugaba antes y se dirige a una de las esquinas para convertirlas en fuego.
El fuego incendia la casa junto con el niño.